"Señor, aleja de mi toda maldad": fueron las últimas palabras escritas por Sara en su diario.
"Señor, aleja de mi toda maldad": fueron las últimas palabras escritas por Sara en su diario.
En un conmovedor giro de los acontecimientos en el caso de Sara, la joven que fue víctima de un brutal ataque en Bello, Antioquia, han salido a la luz las cartas religiosas que ella escribió en su diario. Estas cartas no solo revelan su profunda fe, sino también un espíritu resiliente que buscaba encontrar luz en medio de la oscuridad.
Sara, quien era conocida por su alegría y optimismo, utilizaba su diario como un espacio para expresar sus pensamientos y sentimientos más íntimos. Las cartas, que han sido compartidas por familiares y amigos en las redes sociales, muestran un lado de ella que muchos no conocían. En sus escritos, se pueden leer oraciones fervientes pidiendo protección divina y alejando toda maldad de su vida. “Señor, aleja de mí toda maldad”, es una frase recurrente que resuena con fuerza en sus palabras.
Estas cartas revelan cómo la fe fue un pilar fundamental para Sara en momentos difíciles. A través de sus escritos, se puede percibir una lucha constante por mantener la esperanza ante las adversidades. “Confío en que Dios tiene un plan para mí”, escribió en una de sus cartas, mostrando su convicción de que la vida siempre ofrece nuevas oportunidades, incluso cuando todo parece perdido.
Los amigos de Sara han comentado sobre cómo su fe influía en su vida diaria. “Siempre encontraba la manera de ver el lado positivo de las cosas”, recuerda una amiga cercana. “Su diario era una extensión de su alma; allí plasmaba sus sueños y anhelos”.
El impacto de estas cartas ha resonado profundamente entre quienes han seguido el caso. La comunidad ha encontrado en sus palabras un mensaje poderoso sobre la importancia de la fe y la resiliencia ante la adversidad. En un momento donde la violencia parece acechar a muchas personas, el testimonio de Sara invita a reflexionar sobre la necesidad de cultivar la esperanza y el amor.
Las organizaciones feministas han tomado este momento como una oportunidad para seguir abogando por políticas más efectivas que protejan a las mujeres y promuevan una cultura de respeto y dignidad.
Mientras el caso avanza hacia una búsqueda urgente de justicia, es fundamental recordar a Sara no solo como una víctima, sino como una mujer llena de sueños e ideales. Su historia inspira a muchos a seguir luchando por un mundo donde cada persona pueda vivir sin miedo y con dignidad.


